Si observas en tu entorno e incluso en tu propia vida hay áreas que siempre están en drama, se resuelve el tema “tal” y “aparece” otro tema igual dimensión dramática:
- Siempre lo cancelan
- Le persiguen los jefes o compañeros de ttrabajo despiadados
- Alguien siempre les quiere dañar
- Siempre en deuda
- Cuando se sana de algo, le surge otra dolencia física
- En fín…
Una ex pareja me dijo en una ocasión “es que tu te crees la única con derecho al drama, eres la reina del drama”. De esta observación saqué lo que era mío: era cierto que yo siempre tenía un drama con el negocio o con el dinero, nunca estaba en paz, y cuando sucedía que supuestamente había paz a la vista, entonces yo tomaba alguna decisión que me regresaba a la intranquilidad.
Esto tiene explicación desde el SER, el TENER y el HACER:
Desde el SER: Contrtuir en mi mente a esa persona que quiero ser, ¿quién soy cuando tengo todo resuelto?, tuve que reconstruir quién era yo sin dramas, ¿a qué me dedico cuando esos “temas” ya no son mis temas? En qué pienso, ¿a quién y cómo sirvo a los demás?
Debí convertirme primero en esa persona tranquila en mi interior, en mi mente, para poder cambiar de decisiones. Desde entonces, no hace tanto tiempo, pienso, me detengo, medito e incluso consulto las decisiones que tomaré para asegurarme de que no se altere la paz que he alcanzado dentro de mí.
Cuando te conviertes en “esa” persona primero en tu mente y te engolocinas viviendo Como si ya fueras entonces tus HACERES, tus decisiones y acciones comienzan a cambiar, así como tus prioridades en cuanto a lo que quieres tener.
Dicho de una manera simple: crea el hábito de construir un Nuevo tu en tu Cabeza y ésto impactará todas las áreas de tu vida.
Básate en la premisa de que puedes hacer cambios desde ya en tu mente para SER esa persona que TIENE y HACE lo que desea en perfecta conherencia entres sus poderes (pensar, hablar sentir y hacer) en total armonía y paz.